Algo está pasando con la fuerza laboral femenina y su relación con el trabajo, y el estudio Women At Work 2023 de Deloitte, que entrevistó a cinco mil mujeres de 10 países, lo expone claramente. Y es que según la investigación aún hay muchos desafíos en torno a salud mental, cansancio, niveles de estrés y otros puntos por abordar para mejorar esta relación.
Si bien el artículo expone mejoras en comparación a 2022, estas igualmente encienden las alarmas en varios aspectos. “Por ejemplo, aunque ha habido una disminución significativa en el número de mujeres que informan sentirse agotadas, con menos del 30% en comparación con el 46% del año pasado, la imagen general sigue siendo preocupante”, señala Katherine Suzarte, socia de Human Capital en Deloitte.
Lo mismo pasa en términos de salud mental: según el estudio, el 56% de las mujeres se sienten “muy preocupadas” o “extremadamente preocupadas” por este tema, mientras que más de un tercio califica su salud mental como pobre o muy pobre. Sin embargo, aunque el 51% de las encuestadas dicen que se sienten más estresadas que hace un año, esta es una pequeña mejora con respecto a 2022 (53%).

Para Ana María Fernández, directora del Centro de Organizaciones y Relaciones Laborales de la U. Alberto Hurtado, otro punto del estudio de Deloitte que hay que analizar detenidamente es que el año pasado la cifra de mujeres que abandonaron sus trabajos superó la suma de los años 2020 y 2021. Esto para la académica, refleja que existen factores que están provocando que las mujeres dejen el mercado laboral, lo que genera consecuencias como la “pérdida de poder social y autonomía económica para ellas, así como de competitividad y capacidad de crecimiento económico para sus respectivos países”.
A ojos de Sarah Machado, head of HR Recruitment en Robert Walters, y en línea con el estudio de Deloitte, son tres las razones que están generando estos problemas: la brecha de género, la falta de empatía y la conciliación laboral y del hogar, y el estigma en torno a la salud mental.
De hecho, la investigación señala que casi la mitad de las mujeres tienen la responsabilidad principal de las tareas domésticas, mientras que solo alrededor del 10% de estas labores recaen en sus parejas, disparidad que crea un desequilibrio en el tiempo y la energía que las mujeres pueden dedicar a su trabajo y desarrollo profesional.

Más acciones concretas
Para Sarah Machado el futuro de los problemas planteados en Women At Work, dependerá en gran medida de la voluntad y el compromiso de las empresas y la sociedad en general. En ese sentido la experta destaca acciones como la sensibilización sobre la igualdad de género con programas de concientización, la salud mental, políticas que aborden temas como la brecha salarial, flexibilidad para conciliar vida y trabajo, entre otras.
No obstante, “todavía hay una brecha significativa entre las promesas y las acciones concretas”, sentencia Katherine Suzarte, citando además un dato crítico en el informe: “Un 92% de las mujeres encuestadas no cree que su empleador esté tomando medidas concretas para cumplir con su compromiso de igualdad de género”.
Fernández destaca, por ejemplo, la difícil relación entre familia y trabajo, donde la asignación de cuidados a terceros es casi exclusiva de las mujeres, lo que conlleva a experimentar mayores barreras de acceso a trabajos por conciliar vida y familia: “Se requiere solucionar las necesidades de cuidados de primera etapa (de los bebés), cuando hay que retomar al trabajo. Pero es difícil dejar en las empresas esa responsabilidad en exclusiva, sobre todo en las más pequeñas, que optan en nuestro país, por ejemplo, por no contratar más de 19 mujeres para no tener que hacerse cargo de los costes asociados a los jardines infantiles que la ley los obliga a partir de las 20 trabajadoras”.
La flexibilidad laboral podría ser clave en este panorama, pero el 97% de las mujeres cree que solicitar acuerdos de trabajo flexibles podría afectar negativamente sus posibilidades de promoción, señala el informe, y plantea que este punto es una necesidad importante para retener el talento femenino y promover su bienestar en el entorno laboral.
De todas maneras, las expertas creen que hacia el futuro se vislumbran cambios: hoy el talento femenino está priorizando trabajar en empresas que sí están en línea con temas de equidad, acota Machado, y añade que ellas “no quieren ser la única mujer en el equipo de gerentes para que las empresas cumplan con cuotas de mujeres, sino que buscan espacios en que la equidad sea real”.
Las mujeres “tienen claro que no quieren renunciar a la búsqueda de una igualdad sustantiva”, dice Fernández, en lo que coincide Suzarte, quien cree que la fuerza laboral femenina más joven es más propensa a manifestar sus requerimientos y necesidades. Estos factores son “determinantes a la hora de decidir proyectarse o no con su empleador, lo que nos hace inferir que, a pesar de que el cambio no será tan rápido como esperamos, sí tomará una velocidad importante en los siguientes años”, concluye la socia de Deloitte.